El proyecto se concibe desde su inicio como una tecnología para estimular lluvias de verano, con temperaturas relativamente altas y en nubes cargadas de humedad como cumulonimbus o nimbustratus. Sin embargo, el Gobierno Federal Mexicano, y ante la necesidad de probar con una tecnología para paliar la sequía que afectaba a las zonas áridas del continente, decidió probar su potencial con las precipitaciones de invierno de Baja California (2020-21) precipitaciones moderadas de tipo mediterráneo, consistentes en movimientos frontales provenientes del noroeste, de escaso desarrollo y bajas temperaturas.

 

El invierno 2020-21 resultó además de ser el más seco de los últimos 10 años, según estudio de los meteorólogos de la Base Aérea Militar, BAM, 03 de Ensenada, B.C. lo que se comprobó con la presencia de sólo seis condiciones regulares para la estimulación de lluvias en un lapso de 54 días, del 12 de febrero, fecha del V01, al 26 de marzo en que se realizó el V06, todos con nubes muy precarias, grupos de cúmulos de no más de 250 m de espesor, de rápido movimiento y sin obstáculos que pudieran, si no detener, al menos aminorar su flujo hacia el Mar de Cortés; razón por la cual se tuvo que trabajar de prisa, con repetidas aplicaciones del reactivo RAINMATE® hasta hacerlas reaccionar y eventualmente arrancarles precipitación, algo que hubiera resultado imposible si no se hubiera contado con el apoyo de los experimentados pilotos de la Fuerza Aérea Mexicana.

 

El polígono de trabajo o área objetivo fijado para la estimulación de la lluvia fue de poco más de un millón de hectáreas, desde Punta Colonet al norte y El Rosario al sur; y de la costa del pacífico en el oeste, hasta la sierra de San Pedro Mártir al este.

 

El criterio de evaluación para la eficiencia del reactivo RAINMATE® fue medir la precipitación a través de pluviómetros, bajo el criterio de considerar al pronóstico “oficial” (Sistema Europeo) de lluvia como la lluvia normal y lo que lo sobrepase, como efecto de la estimulación de la lluvia del proyecto. Se instalaron 16 pluviómetros dentro del polígono de trabajo, donde hubo población que capturara la información. Con los pluviómetros instalados se construyó una red de Thiessen para estimar los volúmenes precipitados atribuibles al proyecto en virtud de que en el área no se cuenta con presas u otros sitios que pudieran medir concentraciones de escurrimientos.

 

Lo destacable del proyecto es que no obstante de que las lluvias fueron prácticamente insignificantes durante toda la temporada, en todos los casos la precipitación registrada en los pluviómetros después de las operaciones de estimulación realizadas en al menos un pluviómetro se registró precipitación superior a la del pronóstico, razón por la cual el proyecto se consideró 100% eficiente; por otra parte, si se considera la precipitación “normal” o la precipitación esperada conforme al pronóstico correspondiente, entonces la eficacia del sistema fue del 225%, dado que la precipitación registrada superó en ese porcentaje a la esperada.

 

La temporada de Baja California tuvo que ser suspendida por la emergencia del incendio de Nuevo León y Coahuila después del V06 sin embargo arrojó los siguientes resultados:

Paralelamente se trabajó con el análisis espectral del suelo y la vegetación, destacándose el impacto de la humedad del suelo como se aprecia con los resultados del V03 del 3 de marzo, lo que hace promisoria esta tecnología para evaluar de manera adicional los impactos de la estimulación de lluvias, en cuanto a la concentración de la humedad en el suelo por la precipitación inducida.

HUMEDAD DEL SUELO RESULTANTE DEL VUELO V03 (03 DE MARZO DE 2021)